Sandra Santana é autora do excelente Es El Verbo Tan Frágil, publicado há poucos meses na Espanha. A revista eletrônica espanhola POESÍA DIGITAL pode ser acessada aqui:
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Poesía con p de plural
por Sandra Santana
Desde que el poeta italiano Enzo Minareli publicase el “Manifiesto de la Polipoesía” en 1987, muchos autores se han apropiado de este término que tiene la virtud de dotar de un prefijo múltiple al género poético. Entre el 29 y el 31 de mayo de 2008 se celebró en La Casa Encendida de Madrid la cuarta edición del Microfestival de Poesía y Polipoesía Yuxtaposiciones, un momento perfecto para intentar tomarle el pulso a las prácticas más heterodoxas de la lírica actual.
¿Qué tienen en común los nombres de Rui Torres, Josep Pedrals, Mark Sutherland, Nora Gomringer o Ricardo Domeneck? Todos estos autores de diversa estirpe se reunieron durante tres días en el patio de La Casa Encendida para dar forma a un festival que nos dejó soñando con un territorio en el que cada nueva propuesta poética despierta un complejo universo alimentado por las más diversas y bien digeridas tradiciones. Cada uno de ellos abordó la poesía desde un flanco distinto para demostrar que este término se puede pronunciar en lenguajes y soportes muy diversos: desde el poema-monólogo de la joven poeta suizo-alemana Nora Gomringer –que encarnó a los distintos personajes de su autobiografía-lírica mediante una hipnótica lectura–, a los vídeos del brasileño Ricardo Domeneck, en diálogo con unos versos que conservaban el ritmo breve de la respiración de su autor; desde el producto amable y humorístico ofrecido por el barcelonés Josep Pedrals y el trabajo fonético de Mark Sutherland, hasta el espectáculo de poesía electrónica en tiempo real de Eugenio Tisseli. Todo ello pasando por la conferencia de Rui Torres acerca de Telepoesis (un ambicioso proyecto destinado a recoger, clasificar y reproducir en formato electrónico los fanzines y revistas de poetas visuales y concretos de la vanguardia portuguesa de los 60), y desembocando en un poetry slam en el que pudimos observar las distintas modulaciones que este tipo de competición lírica ha adoptado en las diversas áreas donde se practica: los franceses Abd El Haq y D´de Kabal aproximándose al ritmo de rap, los alemanes Timo Brunke y Bas Böttcher más cerca de la sobria vanguardia centroeuropea y, por último, Ajo, Gonzalo Escarpa (Pimpoets) y Julio Jara, que ofrecieron la versión española de este género tan poco frecuentado en nuestro país. En resumen, muchos motivos para regresar a casa más que satisfechos al contemplar tanta variedad y tan satisfactorias aptitudes entre las polipoéticas del festival.
El término “polipoesía” viene asociado a una tradición que utiliza como carburante creativo las voces del dadaísmo, de la poesía concreta y, sobre todo, de unas segundas vanguardias que encontraron en el trabajo con el material fonético la batalla capaz de sacar a la literatura de su marasmo y ponerla en contacto directo y vivo con el público. La fórmula que ofrece Yuxtaposiciones (antes Intervocálica) tampoco es nueva. Este festival puede considerarse como el hermano pequeño de Proposta, un encuentro anual que (heredero del Festival de Polipoesía y de Viatge a la Polinesia en los años 90) llevó hasta el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona entre el 2000 y el 2004 a lo más selecto de la escena poética experimental internacional (Jaap Blonk, Amanda Stewart, Nobuo Kubota, Franz Mon...), prestando un especial cuidado al producto autóctono de calidad (Bartomeu Ferrando, Accidents Polipoètics, Josep Ramon Roig...). Y es que Cataluña ha sido, desde finales de los 80, el paraíso de los polipoetas en nuestro país. Esto es, de las manifestaciones performativas, sonoras, cibernéticas, audiovisuales, etc., asociadas a la poesía y que, siendo ignoradas en gran parte del territorio español, en Estados Unidos o Alemania tan plácidamente parecen convivir, sin embargo, con el resto de usos poéticos asociados al texto escrito. Por supuesto, aunque con nombre plural, la polipoesía no lo es todo, pero hoy en día el reconocimiento de esta vertiente lírica puede y debe hacernos revisar el recital poético y contemplar la escritura con ojos nuevos.
Después de pasar por el festival y ver la buena salud de la que goza esta vertiente poética en tan variadas latitudes, agradecemos a la polipoesía que nos recuerde que el nombre por el que denominamos al arte de escribir versos debe conservarse plural, abierto al contagio con otras artes y sin miedo a la exploración, al equívoco, a tantear sendas oscuras o inexploradas en el escenario. Con una tradición fuerte y consolidada de polipoetas dentro y fuera de nuestras fronteras, nada tenemos que objetar a quien escoge el libro como el soporte para su escritura: siempre que vuelva a él con la despierta conciencia de que su elección no es obligada, sino una opción más entre muchas otras (el vídeo, el blog, la performance, la poesía en soporte electrónico, la poesía sonora, el teatrema, el poema objeto...). Después de este viaje, el regreso al soporte-libro ya no puede ser el mismo. Nada podemos reprochar a quien en sus recitales reproduce un poema originalmente pensado para ser degustado en silencio por medio del papel, siempre que perciba cómo, entre sus manos, está latiendo el tiempo vivo del público que presencia su lectura. Con la certeza de esta ineludible responsabilidad deberá ofrecer una nueva obra literaria viva y desprendida ahora de las líneas del texto escrito.
Sandra Santana
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